Millonaria inversión para fortalecer competitividad del sector damasquero de la provincia del Choapa

Más del doble del valor por kilo de damasco están obteniendo los productores del valle de Choapa, gracias a la incorporación de una línea procesadora que les ha permitido bajar ostensiblemente los costos de mano de obra y ofrecer al mercado un producto con valor agregado con mayor rentabilidad.

Esto, gracias al proyecto "Programa de fortalecimiento de la competitividad del sector damasquero del Valle del Choapa", de la Fundación para la Innovación Agragria (FIA), del Ministerio de Agricultura, financiado por el Gobierno Regional.

El consejero regional, Cristian Rondanelli, vicepresidente de la comisión de Fomento Productivo, Ciencia, Tecnología e Innovación, entregó detalles respecto al financiamiento entregado a FIA, una inyección de recursos que busca revitalizar el sector damasquero del Valle del Choapa, "hoy damos un paso importante para los productores de damascos acá en la comuna de Salamanca y en la Provincia del Choapa, con una iniciativa que el Consejo Regional aportó más de 100 millones de pesos a través del FIA para poder generar una agroindustria sustentable con los damasqueros, ellos han vivido años complejos y es fundamental que hoy día tengamos una mirada de futuro para nuestra agricultura familiar campesina acá en la región".

Por su parte, el consejero regional, Cristián Carriel, destacó que en la provincia del Choapa, específicamente en la comuna de Salamanca e Illapel, "son unos de los damascos que mejor características tienen a nivel país, es por esto, que el trabajo y proceso que tiene que ver con el damasco dice que mientras más antes se haga todo el proceso, principalmente de descarozar, el producto puede tener un mejor destino final. Justamente, a través del fondo FIC del Consejo Regional, lo que hemos hecho es aportar en infraestructura y tecnología para acortar los tiempos".

Efectivamente, la iniciativa tiene como objetivo desarrollar un programa de innovación en el modelo de negocios de los damasqueros del valle de Choapa, mediante la introducción de tecnologías que permitan diversificar la oferta de productos agroalimentarios obtenidos de la producción de damascos. Para ello, la Consultora TDC realizó un profundo trabajo en terreno del que resultó una propuesta para ofrecer nuevos productos al mercado, gracias a la incorporación de tecnología, a través de un nuevo modelo de comercialización.

Para el presidente de la Cooperativa de Damasqueros, Nelson Durán, "este proyecto es un anhelo de muchos años que nos soluciona una brecha con respecto al descarozado que antes se hacía manual. Hoy podemos disminuir el costo de mano de obra, producir más, nuevos y mejores productos y aumentar nuestra rentabilidad".

Finalmente, el seremi de Agricultura de la región de Coquimbo, Rodrigo Órdenes, destacó el trabajo realizado por la cooperativa y la importancia de la asociatividad en la pequeña agricultura, "como Ministerio de Agricultura promovemos que nuestros productores se puedan asociar y de esa manera salir a competir a los mercados. Como lo ha señalado el Ministro Antonio Walker, la mejor manera que tiene nuestra agricultura familiar campesina para crecer es asociándose y que mejor ejemplo de aquello es la Cooperativa Agrofrutícola de Chillepín".

Hoy, los productores están descarozando los damascos, exportando damascos en salmuera a México, jugo para agroindustria y deshidratados.

Damasqueros de Choapa

Este sector se concentra en gran parte en Salamanca, según el catastro frutícola Cirén-Odepa año 2017, esta comuna abarca un total de 183,4 hectáreas de producciones de damasco, lo que representa la zona más importante a nivel nacional.

Actualmente quienes han absorbido los volúmenes de producción son dos organizaciones campesinas de Salamanca: Cooperativa Agrofrutícola Chillepín (compuesta por 65 usuarios de INDAP) y la Sociedad Agrofrutícola Chillepín (compuesta por 21 usuarios de INDAP).

El año 2015, la cooperativa de Chillepin en conjunto con el Consejo Regional de Coquimbo, levantaron la inquietud de los damasqueros de contar con un programa de fortalecimiento que les permitiera introducir tecnología para mejorar sus procesos productivos y aumentar la oferta de sus productos. Hoy, se hace realidad.